"Hemos decidido hacer este espectáculo para hablar de hoy. Y para hablar de hoy hemos querido contar una historia de hace muchos años, cuando yo tenía 17 años.
Es la historia de una pequeña odisea personal hecha de encuentros, de descubrimientos, de derrotas y viajes, de Bolonia a Francia y de Francia al Mediterráneo, a España, a Argelia.
Es la historia de la formación de un joven diecisieteañero, que siguiendo al amor, llega a Francia donde es acogido por una familia de españoles, huidos de Argelia al final de la Guerra Civil y llegados a Francia para huir de la Guerra de la Independencia Argelina.
En el verano del 1978 descubrí, en apenas dos meses y como un relámpago, 50 años de cultura e historia del Mediterráneo, mezclando la Italia de los años del plomo, la España de la Guerra Civil y de la posterior dictadura de Franco y la Argelia como colonia francesa, que luego entró en guerra por la independencia.
El encuentro con el amor me abrió caminos de conocimiento, me hizo comer por primera vez cuscús y me dio la oportunidad de descubrir El Extranjero de Albert Camus, un libro que me cambió la vida y me hizo afrontar el eterno conflicto entre el ser humano natural y el ser humano social.

Mersault, el protagonista de El Extranjero, es un hombre que rechaza mentir y obedece solo a las leyes de la naturaleza. Lleva una vida sencilla, huye de las obligaciones de las convenciones sociales, es verdadero y sincero hasta sus últimas consecuencias. Sigue su vida de forma natural, solitaria y sensual, hecha de cielos y perfumes de verano incluso cuando está en prisión, cuando es arrestado por matar a un hombre.
¿Cómo podía, con apenas diecisiete años, no identificarme con este hombre? ¿Cómo no iba a apasionarme de la extraordinaria experiencia humana, intelectual y artística de Albert Camus?

En esta obra se entrelazan y confunden el pasado y el presente: el pasado de la historia que contamos y el presente del espectáculo que estamos haciendo. Pues el teatro se hace solo en el presente y habla solo de hoy incluso cuando cuenta historias de hace muchos años...
Y así, durante el espectáculo, cocinamos un cuscús. No es un plato italiano, ciertamente, pero para mí el cuscús y la pasta son la misma cosa: sabores de la memoria de una experiencia que viven en el presente.
Quizás, antes de nacer Stefano de Ariette haya pasado algún tiempo en Argelia.
Quizás, en otra vida. Porque ayer y hoy son la misma cosa, porque el tiempo no pasa. Somos nosotros quienes pasamos".

Stefano Pasquini